Una niña de 12 de años, pelea por su vida después de haber sido herida de gravedad por una bala perdida. La víctima había salido con su familia a la puerta de su casa, en Morón, para ver los fuegos artificiales.

Todo sucedió pasada la medianoche de Navidad, en Castelli al 300 de la localidad de Villa Sarmiento, en Morón, detrás del predio del tradicional Colegio Ward.

“Cuando la familia se encontraba en la calle mirando los fuegos artificiales, la niña se desvaneció. Le salía sangre de la cabeza”, agregaron las fuentes consultadas.

“Mi hija, Lola, estaba al lado de Angie. A las 0.05 la nena cae al piso. Se desplomó y gritó. No pudimos ver nada. Ni siquiera vimos un cohete porque los chicos no estaban tirando pirotecnia. Solo escuchamos a Angie gritar”, señaló un tío de la víctima.

Sin perder tiempo, la familia de la víctima trasladó a la niña a la Casa Hospital San Juan de Dios, en Ramos Mejía.

“De estudios realizados surge como resultado que la víctima tenía posee en su cráneo un elemento compatible con proyectil de arma de fuego”, dijeron fuentes policiales.

Los responsables médicos hicieron la denuncia correspondiente ante la policía bonaerense y tomó intervención personal de la comisaría 5a. de Morón, situada a cinco cuadras del lugar del hecho.

La investigación quedó a cargo de la titular del Unidad Funcional de investigaciones N° 3 (UFI), de Morón, la fiscal Valeria Courtade.

“El caso se investiga como un homicidio en grado de tentativa y se trata de identificar al autor del disparo”, dijeron las fuentes consultadas.

Luego de ser evaluada en el hospital San Juan de Dios, los médicos decidieron que la menor fuese traslada al Sanatorio La Trinidad, de Ramos Mejía, donde la víctima quedó internada en terapia intensiva.

Varios vecinos de Villa Sarmiento denunciaron en diálogo con los medios que encontraron proyectiles en sus hogares o en la vereda. Alan sostuvo a LN+ que vive a aproximadamente diez cuadras de la casa de Angelina y que halló un proyectil en la almohada de su cama cuando volvió de trabajar.

“Llegué a la mañana, aproximadamente a las 7, subí a mi habitación en el primer piso y encontré todo estallado, lleno de polvo de durlock, y un cartucho de munición 9 mm en la almohada. Justo a la altura de la cabeza. En el techo había un agujero”, detalló.

Alejandro detalló que la munición estaba intacta, por lo que atravesó el techo. “La encontré en la almohada, donde se apoya la cabeza. Por suerte no perforó la almohada”, sumó. Además, el vecino de la zona señaló que no es la primera vez que se escuchan disparos durante la madrugada.

En tanto, el tío de Angelina pidió a los vecinos de la zona que se acerquen a la policía si vieron a una persona disparando a las 0.05: “Todos tenemos un vecino medio loco que hace alguna. Si alguno vio a alguien, que lo informe a la policía. En este momento estamos rezando por Angie. Los padres están destrozados. Para lo único que nos serviría es para tener cierto sentido de que pudimos encontrar al culpable y darle algún tipo de alivio a la familia".

Durante la tarde de esta Navidad, otro tío de la víctima, Pablo, habló con los medios sobre lo ocurrido y mostró sorpresa por el incidente: “Siempre uno escucha que ocurrieron este tipo de episodios porque trasciende en los medios, pero no recuerdo en el barrio un episodio tan elocuente”.

Pablo detalló que la familia está compuesta de varios niños, que ya habían terminado de cenar y esperaban a ver los fuegos artificiales en un puente cercano. “Se arrimaron acá a ver los fuegos artificiales y les dan tiempo [a los adultos] para poner los regalos y que los encuentren cuando entren. Pero después la familia se encontró con tremenda situación. Explotó todo. Ni siquiera abrieron los regalos”, contó a LN+.

También se refirió al hallazgo de varios proyectiles en la zona. “Hay muchas especulaciones. Dicen que no puede haber sido muy lejos porque el arma no sería de un calibre alto. Nos llama la atención que estén encontrando más balas”, expresó.

Pablo comentó que la niña permanecía en terapia intensiva y su padre no se mueve del hospital, aunque puede visitarla junto a la madre de la pequeña en períodos cortos.

“Mucha gente no mide las consecuencias de sus actos y tira tiros a lo mejor porque festeja, está en un momento que no le importa o no sabe lo que hace, casi de inconsciencia. Otros lo hacen con bronca porque están peleados con la vida y no les importa qué le pueda pasar a alguien o a sus seres queridos. Cualquiera sabe que, si dispara un proyectil al aire, cuando baja lo hace casi con la misma fuerza. Te mata. Cada disparo que se tira al aire, es una posibilidad de matar a alguien o romperle la vida a alguien”, concluyó.

El desesperado pedido del tío de la pequeña baleada tuvo sus frutos. Pocos minutos después, los efectivos de la comisaría de Villa Sarmiento recibieron tres llamados en los que vecinos de la zona denunciaron haber encontrado proyectiles de armas de fuego en sus casas.

A partir de los hallazgos de cuatro proyectiles en la zona cercana a donde fue herida Angelina, los investigadores que intentan identificar al tirador realizaron un mapa para tratar de establecer si el autor del disparo que puso al borde la muerte a la niña, de 12 años, fue el mismo que efectuó los otros tres balazos encontrados por los vecinos en las adyacencias de la vivienda de la pequeña.

Dos de los tres proyectiles fueron encontrados en la vivienda situada en Matías Ramos Mejía 1123, a pocas cuadras del lugar donde la menor recibió el impacto, pero del otro lado de la autopista Acceso Oeste. Según Laura, la propietaria de la casa, una de las balas fue hallada en el patio y la otra en la vía pública frente a su domicilio.

Se trata de un sector cercano a la vivienda donde vive la niña. Si bien queda a cuatro cuadras, la casa está a la misma altura que el lugar donde reside la pequeña, pero del otro lado del Acceso Oeste.

El tercer proyectil fue encontrado a pocos metros del lugar donde cayó la bala perdida que hirió de gravedad a la niña, en Francisco Madero al 800, en el cruce con la colectora del Acceso Oeste.

Hasta esa vivienda llegaron los peritos de la División Policía Científica que tomaron fotos del proyectil, colocaron un marcador para medir el tamaño de la bala. Además, los técnicos recurrieron a un odómetro para establecer la distancia desde la línea de edificación hasta el lugar del hallazgo del proyectil.

La dueña de casa situada frente al lugar del hallazgo señaló a los peritos el sector de la calzada donde encontró el proyectil. Dicha bala estaba en la calle y según un vecino nadie había advertido la presencia del proyectil en ese lugar hasta que una mujer que vive en el barrio alertó a la policía.

Mientras que el cuarto proyectil fue encontrado en una vivienda situada en Estanislao Del Campo al 1400, a catorce cuadras del lugar donde fue baleada la pequeña, de 12 años. Alan, el dueño de la casa declaró a los policías que la bala estaba en la almohada de su cama que había perforado el techo de chapa y durlock de su habitación.

Según fuentes de la investigación, los cuatro proyectiles encontrados corresponden a calibre 9 mm y .38. Todavía no fueron comparados con la bala que hirió a Angelina, debido a que los médicos decidieron no someter a la pequeña a una intervención quirúrgica para extraer el proyectil debido al grave estado de la niña.

Un primer paso para tratar de identificar al autor de los disparos podría darse con la realización del peritaje balístico entre los proyectiles hallados en la esquina de la casa de la niña y los que se hallaron en la vivienda situada a cuatro cuadras, en Matías Ramos Mejía al 1100.

Los resultados de este estudio permitirían determinar si los tres proyectiles fueron disparados con la misma arma, lo que indicaría que, el tirador estaba en la zona.